viernes, 20 de octubre de 2017

PARTIDO DE LOS NEGOCIOS

MARTÍN SIVAK | PERIODISTA Y ESCRITOR “En Argentina lo que de verdad permanece es el partido de los negocios” Sivak describe los vínculos entre empresarios y políticos que están detrás de muchas grandes fortunas CARLOS E. CUÉ - Buenos Aires 19 OCT 2017 El 22 de octubre, Mauricio Macri se enfrenta a su primera gran prueba: las elecciones de medio término, que renuevan buena parte del Congreso. Su gran rival es Cristina Fernández de Kirchner, que se presenta a senadora en Buenos Aires. EL PAÍS presenta una serie de entrevistas a empresarios, activistas, intelectuales y artistas para analizar la situación del país Martín Sivak (Buenos Aires, 1975) vivió de cerca la Argentina del poder real. Su padre Jorge, fue un banquero importante del país en los 80, y a la vez un comunista convencido. Se suicidó en 1990, tirándose de un piso 16, el día que su banco quebró. Pocos años antes, su tío, Osvaldo, había sido secuestrado y asesinado por una mafia policial. Sivak ha reconstruido ese mundo en El salto de papá (Seix Barral), el conmovedor libro que ha sido la revelación del año en Argentina, donde narra sin filtros un país convulso en el que casi todo se mueve por pactos oscuros, relaciones personales y un trasfondo de batalla política que lo invade todo. Pregunta. ¿Cómo ve Argentina tras dos años de Mauricio Macri? Respuesta. La veo con preocupación. Han empeorado las condiciones de vida. El kirchnerismo dejó el país con 30% de pobres, pero ha empeorado. Lo que me parece muy interesante es que había una subestimación de Macri por parte de la izquierda y el kirchnerismo y está cambiando. Hay que tomar muy en serio a Macri. Es un proyecto pensado, estructurado, con un discurso ocurrente. Macri ha sorprendido a todos... P. Su libro describe los pactos oscuros que mueven Argentina. ¿Todo funciona así? R. Quise escribir con la verdad, contando cosas que quizás no son convenientes para la imagen familiar. Contar cómo nace una empresa con fondos del Partido Comunista y va creciendo a partir de la relación con la política. Es una manera de escribir cómo la gran mayoría de los empresarios han hecho sus fortunas en Argentina. A partir del secuestro de mi tío, mi papá entabló relaciones con los Carapintadas y con un sector del peronismo, para sobrevivir y para que creciera su empresa. Mi papá era un marxista que tenía un banco, en eso ya había una originalidad. P. ¿Cómo es posible que un comunista pudiera ser un banquero importante? R. Mi abuela era comunista. Mi abuelo era un hombre de negocios vinculado al Partido Comunista. Hubo una pelea por las acciones. El psicoanalista de mi padre me dijo que mi papá traía ahí sus sueños porque todavía le resultaba insoportable esa pelea con el partido. Cuando quedó a cargo de la empresa por el secuestro de mi tío, una de sus fantasías era salvarla con negocios con Yugoslavia, con Polonia. ¡Salvar un banco argentino con la Unión Soviética! P. ¿Cómo es esa Argentina en la que todos se mezclan? R. Mi papá estuvo preso en la dictadura de Lanusse [1971-73] pero en el año 84 él venía a almorzar a mi casa cada 15 días. Entendía que había que tener relación con un sector de las fuerzas armadas. Lo mismo con el peronismo. En ese entonces, José Luis Manzano, un empresario que hoy es muy importante, era el jefe de la bancada peronista. Y después Manzano, por un testaferro, fue el principal receptor de los fondos del banco. Es un mecanismo bastante rutinario, la diferencia es que yo lo puedo contar porque yo vi al testaferro y lo vi a Manzano. Y lo cuento para entender quién era mi papá. P. ¿Argentina sigue funcionando así? R. El llamado capitalismo de amigos no funciona solo en Argentina. Se puede ver claramente la pulsión del empresariado para obtener beneficios del Estado. Ponemos mucho hincapié cuando lo hacen los pobres: los choripanes, los planes sociales. ¿Y los empresarios? La familia Macri es un ejemplo perfecto de ese grupo de empresarios que ha vivido del Estado. Durante el kirchnerismo eso se mantuvo inalterable, no lo combatió. Solo buscó empresarios marginales en los cuales anclarse: Cristóbal López, Lázaro Báez. P. ¿El empresariado es el gran problema argentino del que se habla poco? R. Es mucho más cómodo poner la palabra populismo. Hay 150.000 millones de dólares o más de gente de dinero que no los traen a la Argentina. Mi papá para salvar a su banco les daba coimas a políticos, pero nunca fugó dinero. Su amigo le decía que saque plata para sus hijos, para los abogados y para mi papá era imposible pensar así. No pongo a mi papá como héroe ni ejemplo de nada, pero no todos los empresarios son así. P. ¿Todos están con todos en algún momento en Argentina? R. Patricia Bullrich [ministra de Seguridad] es un caso interesantísimo. Va de Montoneros en sus orígenes a la defensa de la Gendarmería ahora en el caso Maldonado [el último desaparecido]. El grupo de Bullrich es el mundo de Galimberti [famoso guerrillero de Montoneros] y Montoto. Montoto un empresario muy importante de cámaras de seguridad, armamento, que estuvo en Montoneros. Galimberti fue jefe guerrillero que 40 años después se hace empresario, y termina en negocios con Susana Giménez y su secuestrado, Jorge Born. Galimberti no creía que estaba traicionando a sus camaradas, les estaba honrando porque estaba siendo un hombre influyente y exitoso. P. Comunistas banqueros, guerrilleros empresarios, ¿todo es posible en Argentina? R. Un sociólogo que recomiendo mucho, Ricardo Sidicaro, tiene un libro en el que habla del partido en los negocios. Lo escribe en el calor del 2001 y él dice que pueden caer cinco presidentes, pero permanece el partido de los negocios. Es este grupo de economistas, políticos, chantajistas, intermediarios. Es transversal: hay peronistas, radicales, pueden estar con el PRO, con el socialismo en Santa Fe, no importa, pesan mucho las relaciones personales, la cuestión endogámica... P. Los negocios del Estado son la clave. R. Son fabulosísimos. Macri desde la Casa Rosada está viendo eso, es una de las grandes revelaciones. Él venía de una familia que había desarrollado ese ejercicio, él pensó que como él gobernaba los empresarios iban a tener otra actitud. Les hizo reformas y no invierten. Parte de la retórica de la inversión extranjera es porque no puede disciplinar a los empresarios argentinos. ¿Por qué Macri no instala la idea que no son los empresarios de afuera los que tienen que invertir sino los de acá? Tienen 150.000 millones fuera. Ese es el drama.

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