jueves, 6 de octubre de 2011

FALSAS CONJETURAS




Por Carlos Berro Madero




“Si la gente solo hablara cuando tuviera algo con sustancia para decir, el ser humano perdería muy pronto el uso del lenguaje”

-W. Somerset Maugham



Detenernos frente a las conjeturas que algunos miembros del gobierno propalan en estos días respecto del futuro y el misterioso “modelo” (que nadie sabe bien en qué consiste, pero parece estar basado en el absurdo rotulado “vivir con lo nuestro”), nos ha recordado las irónicas y certeras palabras del dramaturgo inglés.

Parecería que los kirchneristas –con Cristina a la cabeza-, estuvieran enfrascados en una competencia abierta por comunicar su impresión antojadiza sobre algunos hechos, alejándose cada día más de la verdad, mientras nos inundan con estadísticas falsas.

Decía Winston Churchill al respecto: “los políticos son capaces de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y explicar después por qué no ha ocurrido”.

En eso estamos: una realidad que se muestra esquiva a sus intereses y un gobierno que se niega a aceptar que estamos a las puertas de algunos fenómenos que no podrá domeñar mientras persista su ceguera conceptual.

Desde que el kirchnerismo se nos cayó encima con un porcentaje de votantes abrumador el 14 de agosto (algo que revela cuán baja es nuestra autoestima), ha aumentado la catarata de versiones sobre lo que puede ocurrir a partir del 23 de octubre, olvidando que cada uno es en este mundo lo más parecido a sí mismo.

En efecto, no es difícil presumir que el gobierno intentará seguir por el mismo camino que emprendió hace nueve años, porque no concibe otro, mientras la sociedad –aquejada por los problemas que sobrevendrán-, quizá abandone abruptamente su mansedumbre adormecida frente a una ideología soberbia y rapaz.

Hicimos un esfuerzo deliberado por cerrarle las puertas al resto del mundo con arrogancia y éste se nos está metiendo por la ventana.

Los problemas que creará el terremoto de la economía mundial -frente a la cual nos dicen estar “blindados” (¿)-, van a ser de diverso tipo, color y forma, porque se trata de la crisis de un estilo de vida.

Nuestra “nave insignia”, que podría denominarse “soja para todos y autos para Brasil”, puede escorar en cualquier momento.

Para esta deducción no hace falta gran seso ni agudeza. Basta con abrir bien los ojos.

Frente a los contratiempos, ¿podrá cambiar el peronismo kirchnerista hoy, menemista ayer, luego duhaldista, mañana vaya a saber qué?

Es muy difícil, porque la mayoría de las personas abandona sus vicios solo cuando éstos les causan molestias a ellas mismas. Y estos vicios terminan finalmente por ser los peores obstáculos para reencontrarse con el camino de la verdad.

Resulta casi inevitable sospechar que sufriremos nuevamente el impacto de otra crisis muy pronto, como consecuencia de una invariable liviandad cultural que nos provoca siempre la sensación de ser inmunes a cualquier fatalidad, “a pesar de todo”.

Un nuevo spot publicitario con la voz de la Presidente “en off” diciendo que hace falta “mucho más que un loco y una loca (suponemos que aludiendo a ella y su marido) para cambiar nuestro destino, sino la suma de cuarenta millones de locos” (sic), no hace más que desnudar en manos de quienes estamos hoy en día.

Este verdadero acto fallido nos recuerda que “a confesión de parte, relevo de prueba”.

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