FAMILIA REAL
La «justicia» falló sobre la licitud del enriquecimiento de la familia real
Valioso análisis de Alfredo Raúl Weinstabl que nos dice lo siguiente:
Desde ya hace bastante tiempo atrás diversos medios informaban sobre la presión que el ex presidente Néstor Kirchner ejercía sobre el cuestionado juez Norberto Oyarbide, para que cierre definitivamente la causa que llevaba sobre el presunto descomunal enriquecimiento de la familia real, antes de la finalización del año.
Muchos de estos medios y analistas adelantaban el final de esta causa tal como efectivamente ocurrió.
Era una crónica de sentencia de final anunciado. No obstante, tal vez por ser un eterno optimista confiaba en un resultado distinto.
Resulta difícil creer que no se hayan cometido delitos para un enriquecimiento de esa magnitud, precisamente en un año de una grave crisis económica, no solo a nuestro país, sino también a nivel global.
El fallo de Oyarbide y la decisión de no apelar del fiscal de la causa Eduardo Taiano ni el titular de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, Guillermo Noailles, dejó firme el sobreseimiento del matrimonio Kirchner.
En la investigación del juez quedaron varios interrogantes y aspectos que podrían haber sido analizados y preguntas e incógnitas sin contestación. También llama la atención la velocidad de la investigación, en contraposición a la lentitud de otras causas que investiga Oyarbide, sobre actos de corrupción del gobierno kirchnerista y las numerosas connotaciones éticas en el accionar de la pareja real. Este bochornoso y doloroso episodio constituye un mancha más en el proceso de franco deterioro del Poder Judicial.
Como sabemos la República funciona en base a tres poderes que actúan como contrapesos mutuos y se controlan entre si impidiendo que se excedan los límites que fijan las leyes y la Constitución. Cuando uno de esos poderes es dominado o controlado por otro, ese delicado balance desaparece y ocurren los desmanes y vulneraciones a lo que debe ser un país verdaderamente democrático.
Es lo que ocurre en nuestro país hace ya más de seis años en donde el Poder Ejecutivo, mediante diversas maniobras y chicanas de todo tipo, algunas verdaderamente escandalosas, fue acumulando poder a costa de los otros dos y convirtiéndose en un gobierno autoritario y hegemónico.
El tema da para escribir un extenso tratado al respecto. Simplemente en esta breve nota he querido exponer este reciente ejemplo de la vergonzosa claudicación del Poder Judicial que es precisamente uno de los que debería haber puesto poner freno a los atropellos y excesos del matrimonio reinante a lo largo de todo este tiempo.
La actuación del juez y de los fiscales constituye una verdadera burla a los argentinos.
Pienso que la mayoría de los argentinos sabe de la catadura moral del psicópata que conduce los destinos de nuestra patria y a su infeliz consorte. También conocemos los antecedentes de Oyarbide, entre ellos su publicitada y comprometida situación expuesta en un video con escenas íntimas en el prostíbulo de maricas “Spartacus”.
Pero se tenía confianza en el fiscal Taiano. El tenía la obligación de apelar, mas en esta causa tan llena de interrogantes y aspectos oscuros. También defraudó a la ciudadanía.
En cambio nada se esperaba de Noailles, titular de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas que por ser un organismo controlado por los Kirchner actuó de la forma que lo hacen todos los “órganos de control del Estado”.
Esta obscena y escandalosa muestra de justicia es simplemente un ejemplo mas de la degradación del Poder Judicial.
Pero como en todo el caos que sufre nuestro país en todos los órdenes y en casi todos los sectores, la responsabilidad primaria la tiene el estilo de Kirchner, consistente en extorsionar e intimidar a los jueces y fiscales para el logro de sus propios objetivos.
Estos han perdido su independencia profesional porque se desempeñan en una atmósfera hostil, atemorizante e insegura. En realidad nada distinto a lo que ocurre también en el Poder Legislativo y en general con todos los funcionarios que son controlados o dependen del psicópata.
Es un claro ejemplo de una vulneración del principio republicano de división de poderes que afecta a la mayoría de los integrantes del Poder Judicial.
Esta grosera sentencia absolutoria del matrimonio Kirchner, produjo a los argentinos nuevamente un sentimiento de frustración, desaliento y de descreimiento en las instituciones.
El fin de la impunidad tan cacareada por el matrimonio Kirchner es solo una quimera dialéctica.
Solo cabe esperar que en el futuro, que parece cada vez más cercano, estos corruptos funcionarios respondan por sus vergonzosas e injustas decisiones.
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