EL TORITO CASTRADO
-Kid “K”
Por Omar López Mato
www.notiar.com.ar
Como esos boxeadores confiados que suben al ring con el peso justo después de una sobredosis de diuréticos. Como esos boxeadores que han dejado los abdominales y favorecido a los ravioles mientras prometen a la prensa que van a comerse crudo al contrincante, Kid “K”, el torito de Río Gallegos, se hizo presente en el cuadrilátero de la Cámara de Diputados.
Él, que conoció mejores épocas ente las cuerdas de la Rosada, justo él, que alzó los brazos triunfante bajo las luces de la gobernación santacruceña, ahora se ve obligado a cruzar guantes en este club de barrio con la intención de poner freno a la declinación de su carrera.
Algunos de los presentes en el ring side pensaron que por su atraso Kid “K” no habría de ascender al cuadrilátero, pero, ¿cómo un fighter como él habría de perderse una pelea como esta? No, no es el título de todos los pesos ni la del campeonato local, pero él bien sabe que es necesario enfrentarse para seguir en carrera.
Confiado, bajó la guardia y a los pocos segundos recibió un directo al plexo, que lo arrojó de bruces contra la lona. Lo pescaron un paso adelantado y el golpe feroz le hizo lucir esa expresión de boleado a lo largo de todo el primer round. Subió la guardia y se ancló entre las sogas, mirando de a ratos a su contrincante con un ojo y al reloj con el otro.
Un rugido de felicidad quebró el silencio del público. Kid “K” volvía a morder el polvo de la derrota.
Hecho a golpes que han dejado marcas en su rostro, Kid “K” se levanta antes del conteo para terminar lo que ha venido a hacer, cueste lo que cueste.
En el rincón todos pretenden ponerle límites al bravucón patagónico, o que al menos diga “por favor” y “gracias”… pero no hay caso, porque el contrincante está lejos de estar en forma, su variedad y amplitud de intereses y ambiciones, le resta fuerza y coherencia como para que Kid “K” se haga el educado y condescendiente.
El peronismo disidente es, como corresponde a todo peronismo, una bolsa de gatos, donde coexisten Bíblias y calefones.
El radicalismo teme deserciones de último momento y Doña Lilita no está para hacerse la cocorita, porque entró al cuadrilátero con el peso justito-justito después de matarse en el gimnasio.
La zurdita autóctona se sigue peleando por un punto y una coma y nadie está seguro si el canto de las sirenas patagónicas no vaya a hacer encallar su nave en las procelosas aguas del Sur.
Para empezar no ha sido poca cosa, en seis años es la primera vez que los “K” pierden una elección en la Cámara y la presidencia de 25 comisiones. Al parecer los sureros cuentan con solo 88 diputados como huestes propias.
Pero no debemos olvidar que Kid “K” está dispuesto a sacar a relucir todos sus trucos, porque se ha dado cuenta que el árbitro está medio abombado, sino ¿qué fue de las candidaturas testimoniales y de los trucos domiciliarios para figurar como candidato de una provincia en la que no vivió el tiempo estipulado? Si señores, la justicia parece tan parcial como Mister Boo de Titanes en el Ring (a los menores de 40 años les ruego que consulten con padres y abuelos sobre la identidad de este personaje).
No se si la pensó antes o le salió de carambola, pero en estos largos seis meses la oposición aceptó que los “K” votaran todas las leyes que necesitaban.
De acá en adelante habrán de poner palos en la rueda a toda propuesta que no se ajuste a sus necesidades y en caso que alguna prospere, se viene la vetocracia y listo.
Ahora va a bailar por el ring tirando un golpe largo por aquí y otro por allá. No se dejará arrinconar, y ¿Quién sabe? Si pesca al opositor medio cansado, le lance un gancho al mentón. Esperemos que no tenga “quijada de cristal” y caiga desplomado por un golpe bien puesto.
¿qué podemos esperar de un usurero, que hizo fortuna confiscando casas, quemando cosechas para comprar propiedades a precio vil (caso Santiago Nahuel Cura)? ¿Qué podemos esperar del que se opuso a la reelección de Menem y luego modificó 2 veces la Constitución provincial para reelegirse “ad aeternitas”?
¿Alguna vez se sabrá que tuvo que ver con Conapresa? ¿Alguna vez la justicia se expedirá sobre los datos aportados por la Dra. Carrió? ¿Qué sabemos del hombre de la valija, las regalías escondidas, el Caso Skanska, los aviones brasileros y la larga lista de chanchullos que se atribuyen, y espero un día se le puedan demostrar? De Kid K podemos esperar cualquier cosa.
Nadie sabe por donde viene el golpe y menos aún la vieja treta de comprar voluntades. ¿Se atreverá? ¿Está seguro que nadie le tenderá una trampita? Ah, cómo nos gustaría ver esos ojitos extraviados en una cámara oculta.
¿Aumentará la violencia en las calles cuando Cobos asuma la presidencia, durante el próximo viaje de la mal llamada presidenta? En un clima de caos ¿Cómo podrá Cobos imponer orden, si las fuerzas policiales dependen de Aníbal –el pelotazo en contra?
La siguiente movida queda en manos de Kid “K”: Podrá acelerar la marcha de las cosas o en su defecto sentarse a ver el ocaso –circunstancia que no condice con sus condiciones psíquicas. Kid “K” no descansa, no tiene paz. Va a pelear hasta el último round, salvo que lo knokeen antes. No va a tirar la toalla y piensa pegar todos los golpes bajos posibles, ante la mirada distraída de Mister Boo.
De una forma u otra, Kid “K” ha perdido por puntos en el primer round, pero la pelea es larga y el oponente no luce en su mejor forma.
Por ahora mira al rincón y le dicen que aún faltan dos años. Un montón.
¿Quedará algo del ring side para cuando termine? Un país devastado contempla la pelea de fondo.
omarlopezmato@gmail.com
Gentileza de www.olmoediciones.com para NOTIAR
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